El Parque de Atracciones Tibidabo nació de la mano del farmacéutico Salvador Andreu, que un día soñó con crear una gran avenida que subiese hasta el monte Tibidabo, y construir en la cima del monte un gran parque de atracciones.

Las obras de urbanización de la parte baja de la montaña empezaron el 16 de junio de 1900, con la instalación de un tranvía y un funicular. Paralelamente, en la cima de la montaña, comenzaban las obras para la explanar los terrenos, y edificar terrazas y edificios. 

El 29 de octubre de 1901, se celebra la inauguración de las instalaciones y, dado a la inovación de la época, el funicular es la primera gran atracción del parque. Durante la primera década de vida del recinto, se instalan pequeñas diversiones como, por ejemplo, telescopios, columpios y estaciones de palomas mensajeras. 

De las atracciones que se instalaron esa época, aún conservamos el “Ferrocarril Aéreo” (actual Magatzem de les Bruixes i dels Bruixots, pero más conocido como “Aeromàgic”) que data de 1915, además de varios autómatas (el más antiguo data de 1880).

Debido a las magníficas vistas sobre Barcelona que posee el parque, el 21 de diciembre de 1921 se inaugura la Talaia; una imponente estructura metálica de 50 metros de altura que te eleva a los más de 500 metros sobre el nivel del mar para divisar las espléndidas vistas sobre la ciudad condal. Como curiosidad sobre esta atracción, cabe destacar que, en sus inicios, fue bautizada como “Gran Palanca” y se decía que si los niños enfermos de tos ferina se pasaban unos minutos en esas alturas, se les curaba la enfermedad.

Para potenciar aún más las vistas panorámicas sobre Barcelona, el año 1928 se inaugura L’Avió, réplica del primer vuelo Barcelona-Madrid. Como curiosidades, cabe destacar que L’Avió se impulsa con su propia hélice, y que la grúa solo lo sujeta, no lo impulsa. En sus primeros años de funcionamiento, la hélice de L’Avió funcionaba con motor diésel, y actualmente, va con electricidad.

Durante la década de 1930, el parque intenta ofrecer pequeñas novedades debido al estallido de la Guerra Civil Española. Durante este período, el parque sufre pequeños desperfectos, pero por lo general poco importantes.

En la década de los 40, el parque renace, restableciendo la S.A. Tibidabo dirigida por la família Andreu. Se dedícan todos los esfuerzos en ampliar el parque y sus jardines, reformar l’Hotel Coll (Actual restaurante “La Masía”), se empiezan a celebrar las verbenas de verano y se inaugura la primera atracción posterior a la guerra, el Laberinto de Cipreses.

La década de 1950 se considera como “la época dorada” del parque. Se sigue ajardinando la parte baja del recinto. Se reforma íntegramente el viejo funicular, que dobla su capacidad. Se crean numerosas atracciones cómo, por ejemplo, las Ollas Volantes, el Tren miniatura (réplica del primer viaje Barcelona-Mataró), los coches eléctricos o la Casa de las Sorpresas, entre otras. Además, para salvar el gran desnivel entre la cota superior y la cota inferior, se abre un Teleférico. De las atracciones que nos quedan de esta década, conservamos el Castillo Encantado, situado en la parte más baja del recinto,

En 1960 se acentúa el carácter familiar del parque y se abre la primera montaña rusa (1961). Además, en las explanadas del parque aparecen nuevas atracciones, como por ejemplo, los autos de choque, la rueda panorámica, Girasol, Platillos de Combate o el Juego del Café, entre otras.

De la década de los 70, cabe resaltar que se construye un aparcamiento con 500 plazas para paliar los problemas de aparcamiento. Además, se adapta un convoy del Tramvía Blau como tienda de recuerdos en la entrada del parque y aparece la primera mascota, una bruja llamada “Pirula“. Además, aparecen bastantes atracciones nuevas, como la Casa del Cristal o la Tralla.

En los años 80 se incorporan muchas atracciones: Panoràmic, el Supertobogán y el Transmòvil, Les Barques de Xoc, Tibi-trens, camas elásticas, billagolf… Así como la creación del Museu d’Autòmats o una exposición de serpientes venenosas. 

En 1986, el parque se rodea con una valla y se pasa a cobrar entrada (hasta ahora gratuita), todo esperando la gran transformación que vivirá el parque el año 1989 con la compra del Tibidabo por el empresario Javier de la Rosa. 

Así pues, en 1989 abre “Grand Tibidabo” con nuevas atracciones: Diàvolo, Aladdino, Carroussel, Piratta o Víking, entre otras, como atracciones estrella del recinto.

Durante los 90′ siguen apareciendo nuevas atracciones: Tibidabo Express (1990), Hotel Krüguer (reforma del antiguo Pasaje del terror. Abre sus puertas en 1996), Alaska (1990), Cars Crash (1990), ZooChock(1990), Hurakán (1992), Marionetàrium o La Mina d’Or (1997); así como la reforma del Castillo Misterioso (antiguo Castillo Encantado) y del Aeromàgic (antiguo Ferrocarril Aéreo). A pesar de todo, a finales de esta década, se descubre que Javier de la Rosa ha falseado dinero y ha defraudado a Hacienda, y lleva al parque a un período de crisis por la nefasta gestión. En 1999, incluso se cierra el parque en algunos períodos del año; año que, paralelamente, se celebra el centenario de la inauguración del Tibidabo.

Llega el año 2000, y con la entrada del nuevo milenio, llegan nuevos aires al parque. La Tresoreia General de la Seguridad Social (TGSS) pone a subhasta los terrenos del parque (subasta que gana la empresa Chupa-Chups), pero el Ayuntamiento de Barcelona se queda con los terrenos después de llegar a un acuerdo con la TGSS. El Ayuntamiento delega la gestión del parque a la empresa municipal de aparcamientos B:SM. Durante la próxima década se añaden numerosas atracciones: Caiguda Lliure (2004. Primera atracción de estas características a Catalunya. Fue retirada el 2006 debido a que era alquilada y optaron por no quedársela), Magatzem de les Brúixes i dels Bruixots (2005. Remodelación del Aeromàgic), Pèndol (2006. En sustitución a la Caiguda Lliure.), DiDiDaDo (2007. Cine en 4 dimensiones), MiraMiralls (2008. Trasladados de su ubicación debido a la construcción de DiDiDaDo. Fueron galardonados con los premios FAD de Arquitectura 2009), Muntanya Russa (2009. Única al mundo ya que está diseñada expresamente para íntegrarse en el terreno. Debido a su construcción, se desmanteló la antigua Montaña Russa (de 1961) y el Transmòvil, un remolcador que te permitía subir desde la cota inferior hasta la cota superior, salvando así el fuerte desnivel que hay).

Además, en 2008 abre el Camí del Cel, un gran espacio para pasear libremente (sin pagar entrada) por toda la cota 500 del parque (Nivel 6). Este espacio, que abre todo el año y que posee las mejores vistas de Barcelona, permite subirse a las atracciones más emblemáticas del parque (Talaia, L’Avió, Giradabo, Carrussel, Museu d’Autòmats y Edifici Cel) y a tres atracciones infantiles pagando un billete por cada atracción, o bien comprando la pulsera Camí del Cel, que te permite subirte ilimitadamente a las atracciones de esta cota.

En 2010, abre la Plaça dels Somnis, una gran plaza dónde se realizan los espectáculos de clausura del parque. Está situada en el espacio que ocupaba la Montaña Rusa. Además, ese mismo año, se abre el nuevo Marionetàrium, un teatro de Marionetas totalmente reformado y las nuevas colas de Magatzem, adaptadas a personas con discapacidad.

Sin embargo, el 17 de Julio de 2010, a las 19:00 horas, el parque sufre un accidente mortal en la atracción “El Pèndol“, inaugurada en 2006. La atracción, que consistía en un brazo articulado de 25 toneladas, te elevaba a 38 metros de altura y te dejaba caer a una velocidad de 100 km/hora en 2,8 segundos. Este ha sido el único accidente mortal del parque en los más de 110 años de su historia. El accidente hizo caer las visitas del parque un 35%; de los 600.000 visitantes/año a poco más de 400.000 visitantes/año.

A pesar del accidente, el parque consigue levantar cabeza y va consiguiendo poco a poco las visitas que tenía antes del siniestro. Por seguridad, PATSA encarga “la revisión más exhaustiva de la historia” de todas las atracciones al Col·legi d’Enginyers Industrials de Catalunya, quién recomienda al parque renovar íntegramente el brazo de la mítica Talaia y desmantelar Panoràmic, la noria del parque datada de 1980.

En verano de 2011, en el espacio que dejó Panoràmic, se instala una piscina con bolas gigantes, nombrada Aquaball. Una vez finalizada la temporada de verano, esta atracción se retira.

En 2012, se instalan unas camas elásticas en el espacio que dejó Aladdino (desmantelado en 2009) y, en 2014, se inaugura una nueva noria, con 16 góndolas (1 de ellas adaptada a personas con movilidad reducida) y con más de 4.100 luces LED, bautizada por votación popular como Giradabo.

Durante la temporada 2014, el parque bate su récord de visitantes desde que es gestionado por el Ayuntamiento, llegando a los 620.000 visitantes. Estos datos, juntamente con la recaudación y los beneficios económicos, han permitido ofrecer muchas novedades para la temporada 2015.

Así pues, 4 nuevas mascotas se instalan a vivir en el parque, juntamente con 2 nuevas atracciones (un espacio LEGO y la Tibicity -una escuela de conducción infantil-) además de los nuevos efectos y tematización de Tibidabo Express.

En 2016 se renovó el Magatzem de les Bruixes i dels Bruixots, convirtiéndolo en el Embruixabruixes. En 2017 se desmontó el avión para restaurarlo completamente y darle un lavado de cara, y se instalaron fuentes interactivas enfrente de l’Edifici Cel.

Esta es la historia del parque de atracciones más antiguo de España, el segundo más antiguo de Europa y uno de los más antiguos del mundo. ¿Te atreves a descubrirlo en persona?